Conocido por la placidez de sus orillas y la armonía de sus colores, el más amplio y profundo de los golfos de la isla concentra numerosos lugares dignos de tener en cuenta a uno y otro lado de la capital del sur de Córcega. Su tramo norte, entre la punta de la Parata y Ajaccio, se abre a las rojas siluetas de las islas Sanguinarias. Su tramo sur, más salvaje, es una sucesión de bahías y calas separadas por salientes rocosos. Toda una invitación al baño y la contemplación.