Construido a principios del s. XIV durante el reinado de Dionisio I para proteger la ruta de Lisboa, el castillo de Abrantes -hoy restaurado- se mostró del todo ineficaz contra las invasiones francesas. En el patio, el torreón-mirador nos ofrece una magnífica vista del valle medio del Tajo hasta su confluencia con el Zêzere. Al sur, un mar de olivos salpicados de aldeas blancas. Al norte, la sierra del Moradal y los contrafuertes de la sierra de la Estrella.