Lesbos, tercera isla griega en tamaño, permanece a salvo de los flujos turísticos. Esto se debe a que no tiene tantas y tan bellas playas de arena, pero posee restos bizantinos, genoveses y otomanos que le confieren un aura de perla oriental en los confines de Europa. La isla desgrana asimismo parajes desérticos al oeste, fértiles vallecitos en el centro y localidades portuarias con una fuerte identidad, entre ellas Mitilene. Si olvidar a sus hospitalarios habitantes, con los que podrá compartir una copa de ouzo...