Limpieza de parabrisas, faros y retrovisores: una cuestión de seguridad

¡La seguridad en carretera implica que nuestro vehículo pueda ver y ser visto en todo momento! Por eso es imprescindible la limpieza habitual del parabrisas, los faros y los espejos retrovisores. Michelin te da las claves para que mantengas las superficies acristaladas de tu vehículo en perfecto estado. Descubre todos los secretos sobre la frecuencia y método de limpieza, así como los productos que debes utilizar en los siguientes consejos.
Limpieza de parabrisas, faros y retrovisores: una cuestión de seguridad
©nubumbim/iStock

La limpieza del vehículo, una cuestión básica de seguridad

El parabrisas, los faros y los espejos retrovisores se ensucian por muchos motivos: mal tiempo, salpicaduras proyectadas por otros vehículos, excrementos de pájaros, impactos de insectos, polvo o cualquier tipo de objeto. Por eso, es necesario limpiarlos con frecuencia. Cuando usted circula en carretera, debe tener una visibilidad óptima, tanto de día como de noche, independientemente de la situación meteorológica. Un parabrisas y unos espejos limpios le permiten ver correctamente a otros usuarios de la carretera. Por otra parte, para que los otros vehículos puedan verlo bien a usted necesita llevar limpios los faros delanteros. Un parabrisas sucio o empañado puede deslumbrar al adelantar a otro vehículo provocando el riesgo de sufrir un accidente. El Reglamento de Circulación obliga a los conductores a llevar limpias y transparentes las superficies acristaladas del vehículo, para evitar la alteración, de forma o color, de los objetos que se cruzan con el conductor.

Frecuencia de limpieza de las superficies acristaladas del vehículo

Las superficies acristaladas del vehículo deben limpiarse de forma regular e inmediatamente después de que se manchen o impidan la visibilidad clara del conductor. Puede que haya limpiado el coche y que, después, los pájaros o la lluvia lo hayan manchado. En todo caso, es necesario verificar el estado del parabrisas y de los faros antes de subir al vehículo y limpiarlos si es necesario. Cuando se siente al volante, compruebe que el parabrisas y los espejos retrovisores ofrecen una visión nítida y clara de lo que está ante usted y detrás de usted. De lo contrario, deténgase y limpie las superficies acristaladas antes de empezar a conducir. Este simple hábito puede ahorrarle muchos problemas y evitarle el riesgo de sufrir un accidente.

¿Cómo se deben limpiar las superficies acristaladas del vehículo?

Una limpieza correcta nunca deja rastro. Es necesario que utilice los productos y equipo adecuados para conseguir que los cristales del vehículo ofrezcan una visibilidad diáfana. De lo contrario, la película grasienta que queda tras una mala limpieza puede reducir la visibilidad en igual medida que la suciedad. Para obtener un resultado perfecto, se recomienda utilizar un paño de microfibra y una mezcla de agua, jabón (el líquido lavavajillas funciona muy bien) y un poco de vinagre blanco o ¡Blanco de Meudon! Evite usar productos a base de alcohol, ya que dejan muchos rastros. Rocíe la mezcla sobre el paño y frote las superficies. En el caso del parabrisas, es imprescindible limpiar por dentro y por fuera para conseguir un acabado perfecto. Posteriormente, enjuague las superficies con agua limpia y termine secando con un paño limpio. Un último consejo: ponga en el maletero la mezcla del producto de limpieza en un envase con difusor, junto con un paño de microfibra y una botella de agua limpia. De este modo, los tendrá siempre disponibles para usarlos en caso de ser necesario.

Cómo limpiar la resina o la savia

En algunas regiones, en las que hay pinos y abetos, la resina o la savia puede manchar el parabrisas, los faros y los espejos retrovisores. La resina es un pegamento natural muy adherente, que impide la visibilidad del conductor. Para su eliminación existen productos específicos, generalmente a base de acetona, que funcionan muy bien. Sin embargo, tenga mucho cuidado al usar este tipo de productos y procure que no rocen con los limpiaparabrisas o sus gomas, ya que podrían romperlos. Tras aplicar el producto de acetona, proceda como hemos indicado anteriormente, limpiando y secando la superficie concreta.

Como puede ver, la limpieza de las superficies acristaladas de su vehículo es muy sencilla y puede evitar que tenga un accidente. ¡No descuide este simple gesto, imprescindible para su seguridad vial!