Circuito: los Dolomitas en verano, un recorrido desde Bolzano hasta Cortina
Circuito: los Dolomitas en verano, un recorrido desde Bolzano hasta Cortina

©gehringj/Getty Images Plus
La carretera alpina de los Dolomitas entre Bolzano y los Tofane nos ofrece un itinerario denso por las montañas más espectaculares de Italia. Este circuito de nueve etapas nos llevará por valles ladinos, pasos montañosos de vértigo y paisajes helados hasta Cortina d’Ampezzo, la capital de las montañas del Veneto.
Etapas 1 y 2 – Bolzano, la entrada a los Dolomitas
Arrancamos nuestro viaje en Bolzano, una localidad al norte de Italia entre llanuras vitícolas y abruptas montañas. Antes de salir, damos un paseo por el centro para admirar sus bóvedas medievales, los balcones esculpidos de la Via dei Portici y observar las fachadas de los palacios de los mercaderes, con influencias italiana y austrohúngara. Es obligado entrar en el museo arqueológico (Museo Archeologico dell’Alto Adige) para ver a Ötzi, el «hombre del hielo», una momia de 5300 años de antigüedad encontrada en un glaciar, así como sus ropas y herramientas.
Después, ponemos rumbo a los Dolomitas. Saliendo de la ciudad, dos túneles excavados en la montaña marcan una clara transición: al adentrarnos en el túnel dejamos atrás un tranquilo y apacible valle salpicado de viñas y vergeles y al salir, las paredes rocosas de Val d’Ega se alzan imponentes como murallas ante nuestros ojos. Seguimos camino hasta el Lago di Carezza, un lago de cristalinas aguas color esmeralda dominado por el Latemar, un macizo montañoso que linda con el sur del Tirol. A nuestro paso por las pasarelas aspiramos el fresco aroma de los pinos y escuchamos el relajante murmullo del agua. La carretera se va haciendo más empinada a medida que subimos hacia el Passo di Costalunga, frontera natural que da paso al Val di Fassa.

Le Lago di Carezza (Karersee) avec, en arrière-plan, la chaîne du Latemar (Trentin-Haut-Adige, Italie)
Etapas 3 y 4 – Canazei y Marmolada, el corazón glaciar de los Dolomitas
En pleno Val di Fassa, se encuentra Canazei un lugar turístico muy conocido por los aficionados al senderismo y al ciclismo. También es un placer simplemente pasear por el pueblo contemplando los chalés de montaña con sus fachadas de colores adornadas con murales ladinos y balcones cuajados de flores. Desde allí, tomamos la SS641 que sube hasta el lago de Fedaia. Allí, se alza la cara norte de la imponente Marmolada, una inmensa montaña helada y el punto más alto de los Dolomitas. En verano, los torrentes de agua del deshielo bajan recorriendo sus vertientes con un ruido atronador.
En Malga Ciapela, un teleférico nos lleva hasta Punta Rocca, a 3265 metros. Nos dirigimos hasta el mirador desde donde contemplamos un mar de montañas y agujas de piedra calcárea, que va desde las afiladas cumbres del Pelmo a las cimas más suaves del Lagorai. El aire frío nos azota el rostro, pero la espectacular vista de los Dolomitas hace que merezca la pena.

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Etapa 5 – Los Quattro Passi: por los pasos montañosos de Pordoi, Sella y Gardena
Desde Canazei, partimos al asalto de tres de los «Quattro Passi», un circuito que conecta cuatro de los pasos montañosos más famosos de los Alpes. La ascensión hasta el Passo Pordoi, a 2239 metros de altitud, se realiza por una carretera con 27 cerradas curvas que, una tras otra, nos van acercando hasta el macizo montañoso del Sella. En el Paso Sella, la ruta rodea el Sassolungo, cuyas paredes dominan el valle. Continuamos hasta el Paso Gardena, bajo el cual se extiende una sucesión de praderas alpinas salpicadas, aquí y allá, por algunas granjas que llegan hasta Val Badia. Desde allí se puede subir andando hasta el mirador de Gran Cir, desde donde los Dolomitas se extienden hasta perderse en el horizonte. Este circuito es uno de los recorridos por carretera más espectaculares de los Alpes.
Te recomendamos pasar la noche en Ortisei, una estación de esquí con mucho glamour y lujosos chalets de montaña. Tras disfrutar de una exquisita cena en el restaurante Anna Stuben, con una estrella MICHELIN, podrás disfrutar del elegante Adler Spa Resort Dolomiti.
Etapa 6 – Desde Val Badia hasta Val Pusteria
Desde Ortisei, a la entrada de Val Badia, nos dirigimos hacia San Lorenzo di Sebato. Por el camino se suceden los puebitos con casas de tejados de tablillas e iglesias con torres puntiagudas entre praderas y tupidos bosques. Al llegar visitamos el Ciastel de Tor, un castillo medieval reconvertido en museo de la cultura ladina. Allí a través de maquetas, trajes y relatos hacemos un recorrido por la historia de un pueble que ha sabido conservar su lengua y sus tradiciones. Un poco más allá, en Marebbe, los amantes de las sensaciones fuertes no dudarán el lanzarse por la tirolina Adrenaline X-Treme Adventures: suspendida a 100 metros de alto cruza la cuenca a casi 100 km/h. La experiencia apenas dura unos pocos segundos, pero queda en la memoria para siempre.
Etapa 7 – El Lago di Braies, el lago más famoso del Alto Adigio
Al poco de pasar Monguelfo-Tesido, entramos por un pequeño valle anticlinal bordeado de granjas de madera y prados al término del cual la panorámica se abre revelando ante nuestros ojos uno de los lagos alpinos más famosos y espectaculares de Italia. El Lago di Braies con sus aguas increíblemente transparentes se encuentra a los pies de la Croda del Becco, un macizo calcáreo de 2810 metros.
Alrededor del lago hay un ruta de 1 hora y media de duración que permite apreciar toda su belleza. El recorrido alterna plataformas de madera, playitas de piedra y promontorios rocosos. En la orilla oeste hay un embarcadero donde se alinean las barcas de madera. Se puede alquilar una y dar un tranquilo paseo por el lago. Si eres de los que les gustan las experiencias intensas, atrévete a darte un baño. El agua está helada, pero saldrás revitalizado.

Sentier longeant le Lago di Braies (Pragser Wildsee) dans les Dolomites (Trentin-Haut-Adige, Italie)
El lago atrae a un gran número de visitantes, pero el acceso está muy bien organizado: hay varios aparcamientos a lo largo de la carretera. Si llegamos temprano podremos disfrutar de la quietud y de cómo la luz de los primeros rayos de sol que cae inclinada sublima los contrastes.
En Brunico, reserva una mesa en Atelier Moessmer Norbert Niederkofler, con tres estrellas MICHELIN. Su chef sublima como nadie los productos alpinos como hierbas, caza o peces de río en el elegante marco de una antigua fábrica.
Etapa 8 – De Dobbiaco a las Tre Cime di Lavaredo
Dobbiaco, una pequeña ciudad tirolesa con casitas de colores pastel es ideal como base para visitar las Tre Cime di Lavaredo, tres picos de piedra caliza convertidos en símbolo de los Dolomitas septentrionales. Tomamos la carretera de peaje que lleva hasta el Rifugio Auronzo, a 2333 metros. La ruta 101, que sale desde el refugio, ofrece un completo panorama de las Tres Cimas. Si no tienes mucho tiempo te puedes quedar en el primer mirador. El esfuerzo es mínimo y la recompensa inmediata, con una vista perfecta de postal de los tres picos. Pero si quieres dedicar más tiempo hay una ruta circular (5 km) que es una de las más bonitas de los Dolomitas y con la que podrás respirar el aire fresco y puro, sentir la roca calcárea bajo los pies y comprobar de cerca la impresionante verticalidad de las paredes de 500 metros de altura.

Le Refuge d'Auronzo et les Trois Sommets de Lavaredo dans les Dolomites (Vénétie, Italie)
Etapa 9 – Cortina d’Ampezzo y puesta de sol en los Tofane
De camino a Cortina d’Ampezzo, la carretera transcurre sin esfuerzo junto a las paredes de granito de los Tofane, el Pomagagnon y el Monte Cristallo. Entramos así en la estación de esquí más famosa de los Dolomitas y sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 1956 y 2026. Sus elegantes hoteles históricos y sus animadas calles ofrecen un vivo contraste tras recorrer las solitarias carreteras alpinas. La calle principal, Corso Italia, invita a pasear contemplando los escaparates de tiendas de moda alpina y a tomar algo sentados al sol en una de sus muchas terrazas y restaurantes donde también podemos saborear platos típicos como los casunziei, unos raviolis rellenos de remolacha.
En los alrededores hay varios miradores a los que se llega en seguida en coche. Bajo las abruptas paredes de los Tofane, a 2030 metros de altitud se encuentra el Rifugio Dibona. Desde Pocol, la vista abarca de un solo vistazo la Croda da Lago, el Nuvolau y los Tofane, que con el crepúsculo se tiñen de rosa en lo que se conoce como la enrosadira, un fenómeno luminoso que se produce por la especial composición de las montañas de los Dolomitas. En verano, aprovechando que los días son más largos se puede subir hasta el col de Falzarego, a unos quince kilómetros. Ver la puesta de sol sobre las montañas desde el Lagazuoi y disfrutar una vez más de este fascinante paisaje bañado por la luz dorada del atardecer es un espectáculo increíble.
En Cortina, los guías del Gruppo Guide Alpine Scuola di Alpinismo cuentan con rutas de senderismo, vía ferrata o escalada para todos los niveles con guías locales que conocen el terreno al dedillo.
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