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Alquézar y alrededores: una escapada natural cerca del Pirineo aragonés

Alquézar y alrededores: una escapada natural cerca del Pirineo aragonés

Vue sur le village d’Alquézar Aragon, Espagne)

©hipokrat/Getty Images Plus

En pleno Aragón, Alquézar se alza orgullosa sobre un promontorio de roca calcárea. Recorremos sus calles medievales, conservadas con esmero y suspendidas por encima del río Vero, antes salir a conocer sus cañones y cuevas prehistóricas excavadas en la roca. Entre paredes rocosas, pasarelas de vértigo y profundos bosques, la Sierra de Guara nos ofrece un magnífico espectáculo de gran belleza natural.

Qué ver en Alquézar, el pueblo aragonés asomado a un cañón

El casco antiguo de Alquézar, con estrechas calles empedradas y viviendas tradicionales

En el centro histórico de esta pequeña villa asomada al río Vero el encanto medieval de Alquézar se mantiene intacto. Declarada conjunto histórico-artístico, conserva intacto su trazado medieval con estrechos callejones, arcos de piedra, escaleras de peldaños irregulares y pintorescas plazas. Son dignas de admirar sus casas de piedra rematadas por tejados de tejas planas. Unos discretos paneles explican la evolución de la arquitectura, desde el trazado árabe hasta los elementos típicamente aragoneses entre los que destacan los pórticos de madera, los dinteles esculpidos y los aleros que brindan protección frente a la intemperie. Vestigios vivos de técnicas de construcción ejecutadas con la vocación de perdurar en el tiempo.

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¿Sabías que...?

El topónimo Alquézar viene del árabe al-qasr, que quiere decir «la fortaleza», y alude al castillo musulmán aquí construido en el siglo IX para vigilar el valle del Vero.

Rue dans le village d’Alquézar

©Javier Jimenez Lopez/Getty Images Plus

La colegiata de Santa María la Mayor, el bastión medieval que domina el cañón del Vero

Desde lo alto del pueblo, la colegiata de Santa María la Mayor vigila el cañón del río Vero. A ella se llega por la antigua fortaleza musulmana del siglo IX de la que aún quedan en pie las murallas macizas. Remodelada tras la Reconquista cristiana, conserva un campanario románico adornado con capiteles y alberga un pequeño museo de Arte sacro. Desde el atrio se contemplan las paredes calcáreas y los meandros del río, una vista espectacular que nos recuerda el papel defensivo de Alquézar.

Las pasarelas del Vero, una ruta de senderismo acuático

Desde el pueblo sale un recorrido circular de tres kilómetros: las Pasarelas de Alquézar que está formado por pasarelas metálicas sujetas a la roca, escaleras y varios miradores. El recorrido se adentra en el cañón con el sonido del río como banda sonora a nuestros pies. La ruta, de una dos horas de duración, es distinta según la época del año: en verano termina en la parte más alta del cañón, mientras que en invierno discurre junto al río. Esta excursión (de pago) es uno de los recorridos más impresionantes de toda la provincia.

Río Vero

©Unaihuiziphotography/Getty Images Plus

¿Qué ver y hacer en los alrededores de Alquézar? Visitas en la Sierra de Guara

Las pinturas rupestres de los abrigos de Mallata, arte prehistórico en las paredes de los barrancos

En la Sierra de Guara, que rodea Alquézar, encontramos uno de los conjuntos de pinturas rupestres más importantes de España. Una vez que llegamos al aparcamiento de la Portiacha, por la carretera A-2205 en sentido Arcusa, hay que andar 45 minutos entre garriga y matorrales de romero hasta llegar a los Abrigos de Mallata, cuatro covachos excavados en la roca. Allí, en las pinturas de las paredes podemos ver figuras humanas, escenas de caza y animales estilizados de color rojo y ocre. Este conjunto, declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se puede visitar por libre, o con una de las visitas guiadas que organiza el Centro de arte rupestre de Colungo

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De paseo

Desde Alquézar sale otra ruta que va hasta el abrigo de Chimiachas (tres horas ida y vuelta). Allí hay pintada sobre la roca una única figura: un espléndido ciervo rojo pintado en un abrigo al que solo se puede llegar andando.

El cañón de la Peonera, un paraíso acuático para los amantes del descenso de cañones y del baño en piscinas naturales

La Sierra de Guara, con más de 70 cañones, es también uno de los principales destinos europeos para hacer descenso de cañones. Si te animas, puedes ir al cañón de la Peonera desde el pueblo de Bierge por la A-1227 en dirección norte. Sus pozas de aguas color turquesa y sus paredes verticales lo han convertido en un referente del barranquismo en Aragón. Pero ante todo hay que ser prudentes: aventurarse por libre, sin conocer el terreno y las corrientes, puede ser peligroso. Mejor hacerlo con una de las empresas que hay en la zona, como la Compañía de Guías de Bierge o Vertientes que organizan salidas para todos los niveles. Sus expertos guías harán que bajar por las lisas paredes de roca y zambullirse en las cristalinas aguas sea una experiencia inolvidable y totalmente segura.

Cascade dans le canyon de la Peonera

©Unaihuiziphotography/Getty Images Plus

Radiquero y sus quesos: una exquisita parada al pie de la Sierra

A solo dos kilómetros de Alquézar se encuentra Radiquero, un pueblo de larga tradición agrícola y quesera al que llegamos en cuestión de minutos por la carretera comarcal. y donde hay varias queserías especializadas en la elaboración de quesos de oveja. En la Quesería Quesos de Radiquero podemos degustar quesos de montaña madurados en cuevas, quesos de pasta prensada y yogures de elaboración artesanal. En esta exquisita parada podremos descubrir técnicas transmitidas de generación en generación, entre colinas y campos de cultivo.

La carrasca milenaria de Lecina: memoria viva de la historia ancestral de Aragón

Un poco más al norte se encuentra Lecina, un pueblo encaramado a las rocosas paredes de la Sierra de Guara. Hasta él se llega por un tramo bastante estrecho de la HU-V-3421 que antes de llegar al pueblo atraviesa un espeso encinar. Las casas del pueblo son las típicas de la región: de piedra y con tejados de piedra laja. Paseamos sin rumbo por sus tranquilas calles hasta llegar hasta la carrasca milenaria, uno de los árboles monumentales y singulares de España. Su macizo tronco, horadado por cavidades y su corona de 20 metros de diámetro dan fe de la extraordinaria longevidad de esta encina. Merece la pena sentarse un rato en uno de los bancos que hay junto a ella para contemplar este extraordinario ejemplar de la historia natural aragonesa.

El cañón del río Vero, columna vertebral del parque natural

Llegamos a la última etapa del recorrido: el Cañón del Río Vero, un espectacular cañón de más de 30 kilómetros horadado al paso del río Vero. Sus paredes calcáreas, que en algunos puntos llegan a los 200 metros de altura, componen un paisaje de arcos, cuevas y un caos de rocas. En lo más alto del cielo, planean sobre nuestras cabezas buitres leonados y alguna que otra águila real. Desde la localidad de Asque, a donde se llega por una estrecha carretera que discurre al borde del acantilado, parte una ruta que lleva hasta el Puente de Fuendebaños, un puente medieval construido para salvar el cauce del río. En verano, podemos hacer un alto en el camino para darnos un chapuzón en sus cristalinas aguas antes de llegar hasta el mirador del Vero para disfrutar de las impresionantes vistas del cañón. También hay otras rutas hasta la corona del Tozal de la Mallata Alta, que nos permiten conocer distintas facetas de este valle excavado por el paso del río a lo largo de milenios.

Cascade dans le canyon de la Peonera (Aragon, Espagne)

©estivillml/Getty Images Plus

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