La iglesia de San Pablo posee una magnífica fachada de comienzos del Renacimiento. Construida en dos fases, ilustra de maravilla el paso del estilo isabelino al estilo plateresco: al primero pertenece el cuerpo inferior, obra de Simón de Colonia; al segundo pertenece el cuerpo superior. La parte baja contiene la portada de arco conopial, la alta presenta una composición más serena con cinco calles verticales y tres horizontales.