Un gigantesco incendio forestal permitió descubrir en 1824 esta extraña "ciudad de piedra" recorrida hasta entonces únicamente por algún que otro eremita. Hoy, múltiples carriles y senderos atraen a turistas y aficionados a la escalada hasta este dédalo de grietas, desfiladeros, cascadas y vertiginosas escarpas. Se descubren insólitas rocas a menudo increíblemente parecidas a animales. Es el caso de la plaza de los Elefantes (Sloní Náměstí), con una manada de elefantes de lo más realista.