Esta larga calle peatonal es sin duda la más célebre y concurrida de Sevilla. La animación alcanza su punto álgido a primera hora de la tarde, momento elegido por los sevillanos para pasear por ella, mirar sus escaparates o merendar en alguna de sus pastelerías. Al final de la calle se encuentra La Campana, célebre confitería fundada en 1885 en cuya terraza podrá tomar un café.