En pleno centro del recinto del monasterio de Smolny, la primorosa catedral de la Resurrección es sin lugar a dudas una de las grandes obras maestras de Rastrelli. El arquitecto supo combinar perfectamente el estilo barroco tardío con elementos típicamente rusos, como por ejemplo los cinco campanarios bulbosos tradicionales y los colores vistosos, que le dan un aspecto bastante alegre a todo el conjunto. El interior, de una blancura inmaculada, parece mucho más sobrio en comparación, casi austero. Aproveche la celebración de un concierto para comprobarlo.