La fortaleza de Puycelsi monta guardia sobre el bosque de Grésigne desde lo alto de una plataforma rocosa que se levanta por encima del valle del Vère. Escondidas tras 800 m de murallas, en las calles de este pueblo considerado como uno de los más bellos de Francia se suceden casas del s. XV, jardincitos y bonitos y estrechos pasajes. El camino de ronda ofrece magníficas vistas de los viñedos, bosques, verdes colinas y parajes de los alrededores.