Sus coloridas fachadas y la abundancia de flores dan al casco antiguo de Montbéliard cierto aire de ciudad alemana. En parte peatonal, resulta muy agradable para pasear e ir descubriendo sus cuarenta torres con escaleras de caracol y las mansardas equipadas con una polea para poder subir el forraje. No se pierda el imponente templo de San Martín, la iglesia protestante más antigua de Francia.