Esta joya culinaria de Sacramento, situada en un antiguo parque de bomberos, ofrece una comida tan buena que querrá volver una y otra vez, pero no se encariñe mucho con los platos porque la carta cambia todos los días. Aunque nunca sepa qué hay en la carta, puede estar seguro de que siempre será fresco, de temporada y sabroso. Imagine unos tortellini rellenos de calabacín seguidos por unos saquitos rellenos con tarta de calabaza: seguro que acierta la estación del año. Los camareros conocen bien la carta y los ingredientes (no hay más que verles hablando de granjas locales). Si el plato de tomate de la tierra y mozzarella aparece en la carta, no lo dude. No en vano es el más popular de la carta con sus increíbles tomates maduros de Ray Yeung Farms, recolectados a mano, y el queso todavía caliente.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN