La bodega Pago de Carraovejas (Ribera del Duero), custodiada por el icónico castillo de Peñafiel, ha construido su prestigio en base a unos vinos que emanan personalidad; esa misma filosofía es la que se cultiva en Ambivium, un espacio nacido para lograr armonías y secuencias gustativas.El restaurante, con vanguardistas detalles de diseño, un espléndido servicio e idílicas vistas a los viñedos desde su zona de bar y sobremesa, sorprende con una propuesta de exquisitos bocados que se van degustando según recorremos las instalaciones. El chef Cristóbal Muñoz plantea un menú degustación (Cellarium III) donde todo gira en torno a los métodos de conservación de los alimentos, desde los más tradicionales hasta los más innovadores, siempre con la opción de diversas armonías seleccionadas de una asombrosa bodega con... ¡unas 4.000 referencias! ¿Un elemento destacado? La vistosidad y estética de sus postres (nos ha encantado el llamado Miel, un homenaje a las colmenas de la bodega).