La signora Gianello se enamoró de esta deliciosa aldea de finales del XIX, compró un local y lo rehabilitó en un estilo femenino y refinado. Con ella a los fogones y su hijo en la sala, La Favellina ha sabido crearse un nombre en la zona gracias a su cocina de corte moderno y a su cuidadosa selección de materias primas.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN