Aunque el nombre del local, Awash, se ve con toda claridad en el cartel de la fachada, las rejas que protegen la entrada dan la sensación de que nunca está abierto. Venga acompañado porque sus platos son para compartir y haga un acto de fe —no se arrepentirá. Al igual que el río del mismo nombre es vital para los habitantes de sus orillas, este restaurante es un faro para los que buscan una auténtica comida etíope. Los vegetarianos gozarán con esta carta llena de verduras, mientras que los carnívoros disfrutarán con platos tan sabrosos como el kifto de ternera picada cruda con especias y mantequilla fundida; o con los tibs de carne (un guiso sustancioso) que se come con trozos de injera como cubiertos.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN