Dos estrellas MICHELIN: una cocina excepcional. ¡Merece la pena desviarse!
Los mejores productos, se realzan gracias a la experiencia y la inspiración de un chef con talento, que firma con su equipo platos sutiles, impactantes y, en ocasiones, muy originales.
Este noble mesón mezcla el cachet de las viejas piedras (las de un refectorio cisterciense del s. XIII) con una coqueta decoración de estilo italiano en la sala (bonita bóveda pintada al estilo pompeyano) y una cocina meridional revisitada con productos de excepción (pesca local, hortalizas de la zona). Todo sin olvidar la bodega y sus 30. 000 botellas. Tres bonitas habitaciones con muebles de chamarilero y duchas italianas en la planta alta. Excelente desayuno.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN