Los limburgueses y belgas son muy aficionados a venir a este íntimo local en el que lo primero que llama la atención es su suelo antiguo de baldosas. ¿El porqué? Su menú, muy bien pensado y estructurado, se renueva con frecuencia y el chef, muy inspirado, se desvive por aportar sutileza a sus platos. De toda confianza…
- Los inspectores de la Guía MICHELIN