Muy conocido en la zona y siempre a rebosar, no se le ocurra venir hasta aquí sin reservar. Su estupenda terraza, con poco sitio entre las mesas, es perfecta para ver y ser visto mientras tomamos una copa de montepulciano. Y sorprendentemente la relación calidad/precio es bastante buena… tratándose de Beverly Hills. La carta, extensa, tiene platos para todos los gustos, desde una gran variedad de carpaccios con diferentes acompañamientos hasta fettucini caseros a la boloñesa. Si quiere probar un poco de todo, le aconsejamos el menú degustación de seis pases.
Se trata del buque insignia del imperio de la familia Drago, cuya dilatada trayectoria es fruto de la irreprochable calidad de su genuina y deliciosa cocina italiana.
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