Una escapada por los lagos italianos

¿Te apetece disfrutar de un fin de semana romántico? La región italiana de los lagos reúne en perfecta armonía naturaleza y cultura: clima idílico, paisajes sublimes, villas de ensueño y placeres acuáticos. De la antigüedad clásica a George Clooney pasando por Stendhal, estos lagos han sido y siguen siendo un punto de encuentro de la flor y nata europea. ¿Te apuntas?
Una escapada por los lagos italianos
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Lago de Como: una lección de belleza

Poco importa la de veces que lo hayas visto: las orillas del lago de Como son lo más parecido a un milagro. El azul profundo del agua se ve ribeteado por el verde de cipreses, olivos y rododendros con las cimas nevadas como telón de fondo. La estampa puede dejar sin habla, pero, cuidado con las apariencias, esta belleza perfecta esconde unas dimensiones gigantescas: 46 km de largo, 170 km de perímetro y 410 m de profundidad en algunas zonas. Si vas en coche (sobre todo si es descapotable) o en moto, recorrer el perímetro del lago es un auténtico placer. La carretera, hecha de salientes y de túneles, serpentea sin parar revelando, a la vuelta de cada curva, parajes de incomparable belleza.

Como, la bella provinciana

Como enamora por su encanto aristocrático y, pese a no ocultar su esencia de pueblo, se diría una sucursal del chic milanés. El shopping y el farniente no deberían impedirte ver algunos lugares de interés: la catedral (s. XIV), el Broletto (antiguo ayuntamiento del s. XIII), la basílica de Sant’Abbondio (obra maestra del románico lombardo) y la Villa Olmo, imponente complejo del s. XVIII cuyos jardines brindan bellas vistas de Como y el lago

Cernobbio, lugar de veraneo de los aristócratas

De entre todas las fastuosas villas que dan fama a Cernobbio, la más conocida es sin duda la Villa d’Este. Aun así, no podemos olvidarnos de la Villa Bernasconi, de estilo modernista, o de la Villa Fontanelle, que fuera propiedad del diseñador Gianni Versace… En Laglio, a 10km de Cernobbio en dirección a Tremezzo, otra villa casi tan famosa como la d’Este surge de las aguas a resguardo de los curiosos: la villa de George Clooney. Por desgracia, la carretera principal (S 340) pasa por encima de esta pequeña localidad a orillas de lago, muy apegada a su anonimato.

Bellagio, un instante de eternidad

Descubrir Bellagio es como soñar despierto… Todos quisiéramos quedarnos a vivir aquí para siempre. En el punto donde convergen los tres brazos del lago, sus casas en tonos pastel y sus jardines componen una estampa de una gracia incomparable.

Lago de Garda: un portento de armonía

El lago de Garda, alpino a la vez que meridional, es el más extenso de los lagos italianos y un destino en sí solo. Una ribera plantada de olivos, otra de limoneros (lo que da una idea de la suavidad del clima), una baja y llana, otra accidentada y grandiosa, yacimientos arqueológicos suspendidos en el tiempo y pueblos llenos de vida: el lago multiplica los contrastes dentro de la armonía…

Sirmione, bella como una postal

La península de Sirmione, larga y estrecha lengua de terreno que se adentra en el lago de Garda, alberga un lugar con muchísimo encanto: un pueblecito arracimado en torno a una fortaleza y un castillo del s. XV y, ya en la punta, un paraje de gran belleza en el que se levantan las ruinas de una enorme villa romana de la que se dice perteneció al poeta Catulo.

La Punta di San Vigilio, un sentimiento de plenitud

La Punta di San Vigilio, en la orilla oriental del lago, personifica, con sus olivos y cipreses, la quintaesencia romántica del lago de Garda. Esta punta y sus parajes totalmente vírgenes cierran la bahía de las Sirenas, bañada por las aguas translúcidas del lago, invitando al viajero a sumirse de lleno en la ensoñación.

Lago Mayor: un estilo de vida legendario

Para describir el lago Mayor –con sus aguas color zafiro cual gema engastada en el blanco de los Alpes nevados– es preciso recurrir a los superlativos. Cierto que, pese al nombre, no es el mayor de Italia, pero la suavidad de su clima, la alegre exuberancia de su vegetación y la belleza de sus paisajes hace tiempo que lograron conquistar a los más poderosos, quienes a lo largo de la historia se han hecho construir villas y palacios en medio de interminables jardines aterrazados. Pero el grandioso lago Mayor no conquista solo a los amantes de la vida contemplativa: en sus aguas y orillas se practican deportes náuticos, senderismo, bici de montaña, parapente o, sencillamente, el placer de tenderse en sus playas.

Las islas Borromeas

Las islas Borromeas elevan el refinamiento y la estética a su punto culminante. En el siglo XV, buena parte del lago fue entregada como feudo a la familia Borromeo, la cual fue comprando las diferentes islas de este pequeño archipiélago que, a partir de ahí, pasó a llamarse islas Borromeas: Isola dei Pescatori, Isola Madre e Isola Bella. Fue en esta última donde Carlos III Borromeo (1586-1652) mandó construir su asombroso palacio de estilo barroco lombardo.