No esperes a la nieve para pasarte a los neumáticos de invierno

Con las primeras nieves conviene centrarse en la utilización más que recomendada de los neumáticos de invierno.
No esperes a la nieve para pasarte a los neumáticos de invierno
©Savushkin / iStock.com

En cuanto la temperatura baja de los 7 grados Celsius, los neumáticos clásicos empiezan a perder adherencia a la calzada, lo cual implica mayores distancias de frenada y mayores riesgos de aquaplaning y de pérdida de control del vehículo. Es la línea que indica que hay que cambiar de neumáticos. Y es que, en contra de la idea más extendida, se aconseja no esperar a la nieve para utilizar los neumáticos de invierno y hacerlo en cuanto las temperaturas pasen por debajo del fatídico listón de los 7°C.

Las gomas invernales ofrecen numerosas ventajas, entre ellas la de conservar su elasticidad aun en condiciones de baja temperatura, lo cual permite ganar hasta más del 20% en lo que se refiere a la distancia de frenada. El dibujo de este tipo de neumático tiene asimismo 5 veces más de láminas que los neumáticos de verano, lo que aumenta su adherencia a la calzada. De la misma manera, sus ranuras más anchas y profundas le sirven para evacuar de forma más rápida la lluvia, la nieve y el barro.

En cualquier caso, es importante montar los cuatro neumáticos, no solo los dos de las ruedas motrices. Además de montar neumáticos de invierno, conviene ser previsor y llevar una espátula de plástico para eliminar el hielo y la escarcha y fundas para las lunas del vehículo. A esto habría que añadir una linterna, ropa de abrigo y, cómo no, el chaleco reflectante y los triángulos para la eventualidad de que nos encontráramos alguna carretera cortada.