Moto: recomendaciones para circular en grupo

Una cosa es utilizar la moto para tus desplazamientos del día a día y otra muy diferente salir a hacer kilómetros en pandilla. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para que cuando circules en grupo, lo hagas en las mejores condiciones posibles.
Moto: recomendaciones para circular en grupo
©Anna_Om/iStock

A partir de dos motos circulando juntas, ya es necesario adoptar pautas de conducción diferentes. La distancia entre las motos debe ser lo suficientemente corta para que ningún otro vehículo se meta entremedio y lo suficientemente larga para garantizar la distancia de seguridad en caso de que se produzca una frenada de emergencia.

La mejor forma de circular (y la única admitida por la DGT en España) es la que se conoce como circulación en zigzag, en espiga o al tresbolillo: cada moto circula una por detrás de otra, a izquierda y derecha de manera alternativa. Esto, sumado a la distancia de seguridad adecuada, te permitirá sortear eventuales obstáculos sin peligro de colisión, al tiempo que es un buen modo de mantener una buena visibilidad por delante. Para calcular la distancia de seguridad hay que prever un par de segundos entre moto y moto. Para mantener este tipo de formación, la carretera debe ser lo suficientemente ancha. En carreteras estrechas y con curvas, no queda otra que volver a la fila india, ampliando, eso sí, la distancia de seguridad. A no ser que formes parte de un grupo experto y capaz de mantener el tresbolillo en las curvas, más vale coger las curvas en fila india y volver a recomponer la formación nada más salir de las mismas.

Ten en cuenta a los demás usuarios

Informa a los usuarios que te rodean de cuáles son tus intenciones: hazlo de forma clara, sobre todo si vas a cambiar de posición o de dirección. Usa y abusa de los intermitentes, gira la cabeza, vigila los ángulos muertos, haz señas con las manos… Asegúrate por todos los medios de que los demás usuarios de la carretera te están viendo y comprendiendo tus señales. A continuación, efectúa tus maniobras sin precipitarte.

Rodar en grupo no te da derecho a tener menos consideración que si lo hicieras solo, más bien todo lo contrario. Que la moto que va por delante de ti haya hecho una maniobra no quiere decir que tu tengas que reproducirla ciegamente. Mantén tu propio análisis de la situación y actúa de acuerdo con tus capacidades.

Hay que tener presente que, en un grupo, no todas las motos circulan a la misma velocidad. Las distancias de seguridad y los tiempos de reacción hacen que los grupos de motos respondan siempre al principio del elástico: la última moto siempre acelera instantes después de que lo haya hecho la primera. Cuanto más numeroso es el grupo, mayores serán las diferencias. Por ello, conviene que el grupo lo encabecen las motos menos potentes o las menos cargadas. El ritmo será más lineal que en la cola, donde los más experimentados sabrán mantenerse unidos al grupo pase lo que pase.

Si el grupo es numeroso, el o la road captain deberá mantener un estilo de conducción fluido y adelantarse a los acontecimientos de cara a reducir este efecto de elástico. Al entrar en un núcleo de población, por ejemplo, hay que aminorar en cuanto se ve la primera señal para que todo el mundo entre bien agrupado y respetando el límite de velocidad. Al salir, hay acelerar suavemente tras pasar la señal de salida y una vez que todo el mundo haya dejado atrás la población, no antes.

Sea cual sea el tamaño del grupo, es fundamental mirar por los retrovisores cada cierto tiempo para asegurarnos que la moto que nos sigue sigue estando ahí. Si la pierdes de vista, reduce la velocidad. Si todo el grupo cumple esta regla, la moto que va por delante de ti hará lo mismo y así sucesivamente hasta el final del grupo. Esta comprobación la podrás hacer, por ejemplo, en cada cruce o al cambiar de carretera. De esta forma, será difícil que alguien se descuelgue del grupo durante el viaje.

La regla habitual es que nadie cambie de sitio y que cada uno vuelva exactamente al que ocupaba después de cada parada.

Lo más importante si queremos garantizar el disfrute y la seguridad de todos y de todas es ponerse de acuerdo sobre las reglas de conducción antes de salir, y esto sea cual sea el nivel de experiencia y habilidad de sus componentes. En caso de no llegar a un acuerdo, es preferible dividirse en varios grupos y no correr el riesgo de perder una moto u obligar a alguno a rodar por encima de sus capacidades.

Saber organizarse y dirigir

En la reunión previa a la salida es importante que quede claro el papel de cada uno: quiénes abren, quiénes cierran y, eventualmente, quienes van cambiando de posición.

A menudo, quien abre es quien posee mayor experiencia. Para ello, hay que ser capaz de seguir el itinerario, hacer las indicaciones necesarias a los demás y vigilar la carretera, el tráfico y a las motos que vienen por detrás, todo ello a la vez. También hay que ser capaz de decidir dónde se hacen las paradas, preferentemente en lugares lo suficientemente amplios para no molestar a los demás usuarios y evitar así cualquier incidente.

El papel de quien cierra el cortejo (la moto-escoba) es igual de importante y requiere no menos experiencia y capacidad de vigilancia. También hay que saber gestionar el efecto elástico. Regla fundamental: nadie debe circular nunca por detrás de la moto-escoba.

En condiciones ideales, el motorista que abre debe ser capaz de ver al motorista que cierra, al menos de vez en cuando, para asegurarse de que todo el mundo circula correctamente. Es recomendable pues que ambos lleven algún elemento distintivo, como un chaleco reflectante, que permita reconocerlos fácilmente. Si esto no es posible –en grupos muy numerosos, por ejemplo–, la moto que cambia de posición se encargará de transmitir la información desde una punta a otra del cortejo.